No estuvo cómodo el equipo de Fran, desquiciado por las continuas faltas cometidas por el conjunto tebeño. La agresividad en cada jugada se palpaba y sonaban las patadas como las castañuelas en unas sevillanas del Pali. No me gustó la excesiva dureza con la que se emplearon los jugadores locales, podemos recurrir a la manida frase de "en el fútbol no dan caramelos", pero el que ha jugado un poco a esto sabe que hay maneras y maneras de ir a por un balón, puedes ir a por el balón o puedes ir a por el balón y a llevarte todo lo que encuentres a su paso, el peligro de lesión estaba sentado en el campo del Teba, al final creo que Cañero fue el único, pero pudieron ser más.
El Pedrera lo intentaba y era dominador del juego, pero arriba no tuvimos un referente que tuviera el valor de fajarse con semejantes adversarios, desde luego era para pensárselo.
El gol local llegó a poco de comenzar la segunda mitad, gracias a una indecisión defensiva nuestra que aprovecha su mejor jugador (Diego, nº12) para impulsar el balón a la red. A partir de aquí el Pedrera quiso y supo, pero no pudo anotar.
Los jugadores de Teba se encerraron en su campo y pensaron: ¿Cuándo les vamos a ganar nosotros a éstos otra vez? y eran un gato panzarriba rabioso y con las uñas afiladas. El árbitro (de Teba) también puso su granito de arena y al final barrió para casa con decisiones que no eran determinantes, pero que terminaron por lastrar la moral verdinegra. Aridai resultó expulsado al final.
Muy buen partido de Juanjo, que ha ganado en confianza y dota a la defensa de seguridad y de agresividad a partes iguales. Y hay que quedarse con lo bueno, que para esto se hacen estos partidos, el Pedrera se va a encontrar a lo largo de la temporada con rivales así y con campos pequeños... Se aprende más de una derrota que de cien victorias.
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