Vicente Jiménez, entre el fútbol y el atletismo.

Vicente Jiménez Torres nace en Pedrera, el 19 de marzo de 1973, hijo de Domingo y de Antonia. El tercero de cuatro hermanos. Criado en la calle "Paseilla", calle con solera en Pedrera. Desde muy temprana edad ya se veía que reunía cualidades innatas para la carrera a pie, de media y larga distancia, aunque también estaba dotado para la velocidad, es decir, su composición muscular es privilegiada, ya que aúna los dos tipos de fibras musculares, la resistente y la veloz. Las capacidades físicas básicas, y en este caso la resistencia, tienen un componente genético y hereditario bastante alto. Parece ser que a él le vienen las cualidades de un tío materno.
En los años 80 había poca conciencia de atletismo en Pedrera, por no decir ninguna, cosa lógica por otra parte. Si alguien veía correr a otro sin balón de por medio era tildado cuanto menos de loco. A pesar de eso, en las carreras organizadas en el colegio ya mostraba cualidades. Buena fe de ello podrían dar gente como el malogrado Manuel Espinosa (buenísimo amigo de Vicente y uno de sus primeros valedores) y Rafael Lozano, entre otros. Era un niño alto, menudo, melenudo, con piernas largas, tímido y con un gracejo inusual. Resultaba curioso ver como "empanaba" la carrera, es decir, no pegaba el taponazo de salida. Los niños a estas edades tienen muchos problemas para compensar un esfuerzo de mediana o larga intensidad, él no. Así lo demuestran, por ejemplo, las imágenes de la carrera escolar de 1987 mostradas en el programa SuperDeporte.
No tardó Vicente en despuntar jugando al fútbol, único deporte por aquellos entonces. Jugador, como no podía ser menos, de banda, incansable, algunos dicen que de poco toque, yo no soy de esa opinión porque jugando al futbito se salía. Su punto débil: los tobillos, "gracias" a ellos y a una discusión con Bejarano (entrenador de La Puebla del que ahora es muy amigo) dejó el fútbol por la puerta de atrás para salir 12 años más tarde por la puerta del príncipe, curiosa coincidencia.
Innumerables anécdotas: como cuando pilló un conejo en una pretemporada corriendo, como cuando cazó una golondrina con las palmas de las manos en el estiércol de Matías, como cuando pillaba perdigones corriendo, como cuando mató un murciélago al vuelo con la escopetilla de plomos, como cuando pilló un pato en la fuente de la higuera corriendo, un libro podríamos escribir.
Yo no conozco a nadie que no se haga la misma pregunta: ¿qué habría sido de Vicente si hubiera empezado antes? ahora la respuesta es clara, en vez de un Focus tendría un Ferrari,... ¿y qué? a lo mejor sería menos feliz ahora. Yo ayer vi a la felicidad en persona bajarse de un coche rojo, no se puede describir con palabras lo que su cara desprendía cuando vio allí a todo un pueblo reconociendo su labor, su casta y lo más importante, llevar a Pedrera siempre con orgullo y por delante. He tenido la oportunidad de verlo vivir de todo: malos momentos de forma, la muerte de su padre, logros importantes (campeonatos de España, de Andalucía, un ascenso metiendo él el gol a lo Zurdo,...), momentos malos de identidad en los que incluso discutimos fuertemente más de una vez, etc etc. Vicente tiene que agradecerle al atletismo muchas cosas: disciplina, equilibrio, salud, psicología, amigos por todo el mundo,...
Le quedan pocos retos por conseguir, a lo mejor le queda el reto de su vida: formar una familia, no sé, jejej.

Vicente "el pintor": CAMPEÓN DE EUROPA, suena fuerte pero es así. Enhorabuena.